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Mostrando entradas de 2024

III Festival de Lectores

Desde que retomé el hábito de la lectura pasaron varios eventos que nunca creí realizar más allá de leer libros. Me uní a un club de lectura virtual. Pertenezco a un grupo a través del coaching y fui a un festival dedicado a los lectores de esta gran comunidad.  Se realizó el 28 de julio. El III festival de lectores de 30libros.  Saliendo de la rutina, decidí ir a este festival. Al ingresar encontré un ambiente lleno de energía, personas comprando libros y compartiendo con los autores invitados. Se podían tomar fotos con ellos y te firmaban los libros. Me sorprendió la amabilidad de estos autores y el carisma al hablar en público. El conversatorio, lo llamaré así, inició con la mente maestra detrás de este festival y con la presentación de su primer libro: Divórciate de Tu Ego por Anita Aldana. La firma de su libro fue extensa y estuve a punto de darme por vencida, vencí al hambre y obtuve mi firma, foto y conversación con ella. Es un ser de luz.     La mayoría de los expositores fuero

Cuentos Oscuros y otros relatos (I)

  UN RECUERDO La luna menguante brilla tenue sobre el valle de Nis, formando un camino que se bifurca bicorne para que la luz débil se abra paso a través del follaje letal de los grandes árboles upas. Y dentro de las profundidades del valle, donde la luz no llega, se mueven formas que no están hechas para no ser contempladas. Prieta es la hierba en cada ladera, donde las vides malas y plantas rastreras se meten en medio de las piedras y de los palacios en ruinas, ciñéndose con fuerza a columnas rotas y monolitos extraños, y alzando los pavimentos de mármol colocados por manos olvidadas. Y en los árboles que crecen gigantescos en patios deshechos de tesoros profundos, se retuercen las serpientes venenosas y cosas escamosas sin nombre. Vastas son las piedras que duermen bajo colchas de musgo húmedo, y poderosos son los muros de los que se han desprendido. Sus constructores las erigieron para la eternidad y en verdad que aún sirven con nobleza, ya que, debajo de ellas, habita el sapo gris

Los que se alejan de Omelas (V)

 ¿Qué piensan ahora de ellos? ¿No son más dignos de crédito? Pero todavía tengo algo más que contarles, y esto es totalmente increíble. A veces, un adolescente, chico o chica que va a ver al niño, no regresa a su casa para llorar o enfurecerse, no, en realidad no vuelve más a su hogar. Otras, un hombre o mujer de mas edad cae en un mutismo absoluto durante unos días. Bajan a la calle, caminan solos y cruzan sin vacilar las hermosas puertas de Omelas. Siguen andando por las tierras de labrantío. Cada uno va solo, chico o chica, hombre o mujer. Anochece; el caminante pasa por las calles de la ciudad, ante las casas de ventanas iluminadas, y penetra en la oscuridad de los campos. Siempre solos, se dirigen al Oeste o al Norte, hacia las montañas. Prosiguen. Abandonan Omelas, siempre adelante, y no vuelven. El lugar adonde van es aún menos imaginable para nosotros que la ciudad de la felicidad. No puedo describirlo, en absoluto. Es posible que no exista. Pero parece que saben muy bien adónd

Los que se alejan de Omelas (IV)

 Todos saben que existe, todo el pueblo de Omelas...  Algunos han ido a verlo, otros se contentan únicamente con saber que está allí. Todos saben que tiene que estar. Algunos comprenden la razón, otros no pero ninguno ignora que su felicidad, la belleza de su pueblo, la ternura de sus amigos, la salud de sus hijos, la sabiduría de sus becarios, la habilidad de sus artesanos, incluso la abundancia de sus cosechas o el esplendor de su cielo dependen por completo de la abominable miseria de ese niño. Se lo explican a los niños de ocho a diez años, siempre que estén capacitados para comprender, y casi todos los que van a verle son adolescentes, aunque con cierta frecuencia también un adulto acude y vuelve para ver al niño. Por muy bien que se lo expliquen, al verlo experimentan un asco que habían creído superar. A pesar de todas las explicaciones se les advierte furiosos, ultrajados, impotentes. Quisieran hacer algo por el niño, pero todo es inútil. ¡Qué hermoso sería si sacaran al sol a e